Luego de 17 años de vida, que para muchos no es nada, puedo decir con toda seguridad que la felicidad no existe en este mundo, en este mundo donde al parecer nuestros sueños se pueden hacer realidad.
Estoy completamente segura que la felicidad plena la encontraré cuando ya no tenga más que hacer en este mundo.
Hoy puedo sentir el viento que corre por mi cabello, ese fuego abrasador que se apodera de mí, puedo sentir las gotas de lluvia rozando mi piel cual pétalos de rosa y saber que es Dios quien está ahí. Entre mis sueños, dormida, imagino como será ese día, mi corazón latiendo a mil por hora, con esa brisa de viento suave en mi piel, esa luz blanca cegadora y mi padre esperándome, El es tan hermoso, me recibe con los brazos abiertos cual padre reencontrándose con su hijo perdido, me abraza y me besa como una madre a su hijo recién nacido, y del fondo de su ser oigo esas palabras que sólo El sabe decir, “TE AMO”.
Cuando pienso en ese día mi piel se eriza y mi rostro irradia una felicidad extrema, siento que mi cuerpo se electrifica por dentro. Debo confesar que este es mi motor pues el día que esté ante EL podré conocer realmente la felicidad :)